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La industria del dulce quiere liderar la sostenibilidad alimentaria

Cero emisiones netas de C02, fuentes de energía limpias para los procesos productivos y evolución hacia envases 100% reciclables, figuran en la hoja de ruta de estas empresas.

Redacción

30 de octubre 2019 - 13:41

Olga Martínez, presidenta de Produlce en el V Seminario del Dulce
Olga Martínez, presidenta de Produlce en el V Seminario del Dulce / Produlce

La industria española del dulce se ha propuesto alcanzar cero emisiones netas de CO2, fuentes de energía limpias para los procesos productivos y evolución hacia envases 100% reciclables. Estas son algunas de las medidas que integran la 'hoja de ruta sostenible de las empresas que conforman el sector.

Así se ha expuesto en el V Seminario del Dulce, 'Objetivo: Dulce y Sostenible', organizado por la Asociación Española del Dulce (Produlce), que se ha celebrado en Madrid. La jornada ha contado con la participación de los grandes expertos nacionales en materia de sostenibilidad, que analizaron este campo desde diferentes prismas (entorno regulatorio, consumidor-ciudadano y experiencias de proveedores y clientes).

Olga Martínez, presidenta de Produlce, subrayó durante el acto de inauguración, el profundo compromiso de la industria española del dulce con la sostenibilidad. "Es reconfortante e ilusionante ver cómo, poco a poco, todas las empresas del sector, independientemente de su tamaño, están interiorizando el compromiso con el desarrollo sostenible y poniendo en marcha diversas iniciativas", subrayó.

La sostenibilidad debe ser un eje prioritario para el desarrollo del sector en España, según Produlce

Asimismo, insistió en que la sostenibilidad debe ser un eje prioritario para el desarrollo del sector en España: "¿Cómo vamos a saborear la vida hoy, como dice el lema de nuestra asociación, si no podemos asegurar que nuestros hijos, nietos, lo hagan también mañana? ¡El momento es ya! Y defensores como somos de esos momentos de placer que nuestros productos generan, también debemos ser conscientes de que nuestro placer hoy no puede hipotecar el de las generaciones futuras", aseguró.

HOJA DE RUTA SOSTENIBLE

Mejoras de eficiencia en las cadenas de aprovisionamiento, la evolución hacia envases y embalajes 100% reciclables, reutilizables o compostables son algunas de las medidas que han puesto en marcha las empresas españolas de la industria del dulce y que han sido analizadas en este seminario. El sector demuestra, de esta manera, un claro compromiso con la gestión sostenible de plásticos.

La batalla contra las emisiones de efecto invernadero, con el objetivo de alcanzar –a medio plazo- las cero emisiones netas es otro de los grandes compromisos del sector y ha sido uno de los grandes ejes de la jornada.

En sintonía con estos objetivos y dentro de la hoja de ruta sostenible que protagoniza el sector, destacan también, entre otras medidas, la obtención del 100% de la energía utilizada en los procesos productivos de fuentes limpias, incluyendo también las flotas de vehículos.

REDUCCIÓN DE PLÁSTICOS, EL GRAN RETO

La reducción plásticos es el "gran reto" al que se enfrenta la industria española del dulce, a juicio de Olga Martínez. En paralelo, las compañías del sector que no integren la sostenibilidad en su estrategia de negocio no podrán competir en el medio plazo. Éstas han sido dos de las grandes conclusiones del seminario, en el que se ha incidido también en que la sostenibilidad se ha convertido ya en un 'driver de compra', porque los consumidores españoles están dispuestos a pagar más por un determinado producto, si éste aporta ‘valores’ y contribuye con el desarrollo sostenible.

Martínez también alertó del problema que supone el desperdicio alimentario en España y que supera los 1.200 millones de kilos anuales. Para solucionarlo, pidió la colaboración de los ciudadanos. "Para que nos hagamos una idea de lo que supone, sería como arrojar a la basura todos los productos de nuestro sector consumidos en España durante el año pasado.

En este sentido, la presidenta de Produlce señaló que el desperdicio alimentario "genera un doble coste social y económico, al acarrear costes en el tratamiento de los residuos generados y también en la producción adicional de alimentos que compensen ese desperdicio y que, nuevamente, generarán un desperdicio de iguales proporciones". "Un círculo vicioso del que, como sociedad, debemos salir cuanto antes", concluyó.

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