La cadena, que cuenta con establecimientos en Barcelona y Castelldefels (Barcelona), cerró en 2021 con una facturación de 5 millones de euros, a pesar de sufrir el impacto de las restricciones derivadas de la pandemia. El año anterior, en 2019, había facturado 3 millones, lo que significa casi doblar su facturación.
El grupo abrió su primer restaurante en 2016 en Castelldefels y ha ido creciendo hasta alcanzar un total de cinco restaurantes. En la actualidad cuenta con un centenar de trabajadores fijos.
A lo largo de este 2023, pretende abrir dos nuevos establecimientos en Barcelona y emprender una nueva línea de negocio con su entrada en el sector food truck, a lo que ha dedicado una inversión de 2 millones de euros con la vista puesta en festivales y lugares de veraneo.
Además, la cadena prevé abrir locales a final de año en otras dos ciudades de los alrededores de la capital catalana y desembarcar en Madrid en 2024 con dos establecimientos.